El Arzobispo de Valladolid, don Luis Argüello, ordenará a dos nuevos diáconos permanentes este domingo, 1 de junio, en la Santa Iglesia Metropolitana Catedral a las 18h. Uno de ellos es nuestro Vocal de Liturgia: José María Sánchez.
Felipe Olmedo y José María Sánchez, ambos casados, fueron admitidos a órdenes el pasado 8 de diciembre, coincidiendo con la Solemnidad de la Inmaculada Concepción, y accederán al primer grado del Sacramento del Orden —comprende tres grados: diaconado, presbiterado (sacerdotes) y episcopado (obispos)— durante la celebración de la Santa Misa, que dará comienzo a las seis de la tarde y será retransmitida en directo a través del canal de YouTube de la Archidiócesis de Valladolid, tras haber completado la fase propedéutica y tres cursos de formación en Teología en el Estudio Teológico Agustiniano.
Felipe Olmedo, vallisoletano, de 61 años de edad y casado, descubrió su vocación de “servir” a la Iglesia como diácono permanente tras una etapa “difícil” en su vida personal gracias, precisamente, a otro diácono permanente de la Archidiócesis. Este trabajador del sector de la automoción, natural de Valladolid, ya había servido anteriormente a la Iglesia como catequista, pero “no sabía que existía” esta otra vocación, según él mismo ha reconocido, con la que espera poder “profundizar” en ese “espíritu de servicio”.
Por su parte, José María Sánchez, de 55 años, también casado y padre de tres hijas, sintió la “llamada” a esta vocación como una oportunidad para “complementar y completar mi vida”. Una “vida de servicio a lo que nos encomienden”, ha comprometido a las puertas de su ordenación como diácono permanente este vallisoletano e ingeniero técnico agrícola en ejercicio libre.
Ambos agradecen el “respaldo” que han recibido de sus respectivas familias durante la larga etapa de discernimiento que ha precedido a su ordenación como diáconos permanentes, una nueva etapa que afrontan con “humildad” y “temor”, pero también con “acogida” a lo que consideran una “gracia”, un “don” de Dios.
Diaconado permanente
El diaconado permanente es una vocación propia, diferente a la del presbiterado, regulada por el Código de Derecho Canónico, donde se establece que pueden acceder a ella aspirantes no casados y casados. Estos últimos, “con el consentimiento de su mujer” y cumplidos “al menos 35 años” de edad.
Actualmente, la Archidiócesis de Valladolid dispone de 10 diáconos permanentes. Sus funciones, además de asistir al obispo o a los sacerdotes en la celebración de la Eucaristía, incluyen dirigir las celebraciones de la Palabra —sin posibilidad de consagrar el pan y el vino, al no poder llevar a cabo la Plegaria Eucarística—, leer la Sagrada Escritura, distribuir la comunión, celebrar exequias e impartir algunos sacramentos, como el Bautismo o el Matrimonio, entre otras.
Este 2025, Año Santo, se cumple el trigésimo cuarto aniversario de las primeras ordenaciones de diáconos permanentes en la Archidiócesis de Valladolid, una vocación impulsada en la Iglesia Católica desde el Concilio Vaticano II.